sábado, 19 de enero de 2013

La cibernética en la política

El ser humano puede imaginar mundos inexistentes. Cada uno de nosotros puede comprender misterios inimaginables, mundos de fantasía o de ciencia ficción y ventanas ocultas hacia mundos espirituales. Muchas veces delegamos la mayor parte de estas verdades hacia el inconsciente. Suele pasar a veces que determinadas palabras o conceptos se aprenden e interiorizan sin que profundicemos en ellos con toda su amplitud. Dejamos la mayor parte del peso de la comprensión de las palabras en la imagen que nos transmiten los sentimientos más apasionados, así como a la palabra democracia la asociamos con la facultad de votar. Esto se debe a que objetivamente buscamos el significado original de los conceptos en base a asociarlos por nomenclaturas. ¿ Qué trampas inexistentes, que ni siquiera podemos casi intuir, se esconden en unos sistemas electorales que consideramos tan limpios y democráticos?.

Yo me pregunto hasta dónde es admisible eso de que el voto sea secreto, para que, por lo tanto, sea anónimo. Uno no puede dejar de sentirse con voto pero sin voz. Solo se pueden elegir en política siete colores, pero no puedes pintar con ellos. A lo sumo puedes contemplar un cuadro, una obra de arte que se admira desde hace siglos, pero con una tonalidad diferente que predomina y tu puedes elegir, eso sí, la elección es libre. Pero la retina que lo admira todo se encuentra en un mundo que podemos utilizar pero no observarlo en sí mismo. No pueden darse entre nosotros conocimientos sin una unidad de conciencia que sea anterior a los datos procesados. Podríamos afirmar así que todo el conocimiento científico no es verdadero al 100%, pero lo aceptamos porque mayoritariamente lo hemos aprendido. Medimos el tiempo en presente, pasado y futuro; como medimos el espacio en alto, ancho y largo. Nos adaptamos a las circunstancias, pero los problemas indirectos vienen cuando las circunstancias han sido circunstanciadas. Cuando lo real no es auténtico, o por lo menos en el sentido que se nos quieren hacer entender.

El mundo de los derechos y libertades es tan sencillo que se complica para poder acotarlos y hacerlos así secuenciables. Todo está bastante planificado de alguna manera y se da en el capitalismo, no el el comunismo. Pero darle a algo un significado es una apreciación muy reducida de los hechos. No puedes ver de izquierda a derecha sin poder también de arriba a bajo o hacia delante o hacia atrás. No todos somos expertos en todas las materias, si fuera así seguramente el capitalismo no entraría en crisis cíclicas y encontraríamos todos prosperidad y bienestar.

Si observamos todo lo que se puede representar como un perfomance, del arte de vitorear a los grandes tesoros sagrados de la política en un hemiciclo, analizándolo bien, que se vote allí algo, políticamente, no importa mucho. Un ejemplo que nos acercaría a esta situación sería el régimen jurídico por el cual los partidos no están obligados a cumplir sus promesas electorales. Le damos mucha importancia al voto, pero la razón de esa importancia realmente está vacía de contenido, el problema es que subconscientemente creemos que sí tiene esa importancia. Con lo cual nos encontramos que una pequeña minoría controla una sociedad gracias a representarse en las altas esferas de influencia naturales de los partidos sin que la gran mayoría de votantes se entere, es más muchos los aplauden y los toman como modelo a seguir porque representan sus aspiraciones hechas realidad. Por todo esto creo que el voto no es secreto, más bien es sordomudo.

No llega la cosa a un listón fácilmente determinable. El artículo 67.2 de la constitución española establece que los diputados y senadores no estarán sometidos a ningún mandato imperativo. Esto significa que los miembros de las cámaras, elegidos democráticamente por los ciudadanos, no tienen ninguna obligación de someterse a una orden vertical de su partido para votar a favor o en contra de alguna cuestión de trascendencia parlamentaria. Sin embargo es bien sabido que los partidos políticos coptan esta libertad teórica de votos de los parlamentarios, ordenando que voten los diputados y senadores en una determinada dirección, según cual sea lo establecido, en la opinión oficial marcada por el politburó del partido.

Desde el comienzo de nuestra estratificación social los gobernantes y políticos han intentado ordenar la sociedad en función de su influencia en el poder. ¿Pero Somos realmente conscientes de todas las visicitudes y complicaciones que crea una auténtica democracia?. Todo lo que ya se creo y continúa efectivo y latente en el inconsciente colectivo y que aceptamos conscientemente, que nos puede perjudicar en muchas facetas que ni siquiera podemos ni imaginar, de lo cual tenemos que escapar para llegar a la entelequia de lo que sería la democracia real.

El derecho a la libertad de expresión e información podemos imaginarlo en el primer escalón de los derechos políticos. El segundo el derecho a la libertad de reunión y manifestación. El tercero es derecho de asociación y organización. Y el cuarto el derecho al sufragio activo y pasivo. Pero en la práctica, si lo analizamos consecuentemente, se configura todo como una estafa piramidal. Dónde lo más importante es la cúspide y lo que más se proyecta a simple vista sobre toda la estructura, lo que destaca más de toda la figura. Si lo pensamos bien pirámide es la construcción más fácilmente edificable desde el tejado.

Fue un gran avance en la historia de la humanidad la revolución francesa. Gracias a las infraestructuras institucionales que se crearon se ordenaron los poderes nacionales en tres tipos: legislativo, ejecutivo y judicial. Pero esta cosmovisión filosófica de Montesquieu no era perfecta. De la práctica jurídica los filósofos ilustrados comenzaron a darse cuenta de la influencia de los medios de comunicación, los cuales eran considerados como el cuarto poder. Ahora tenemos internet y las redes sociales, un elemento que puede resonar a expansión, al cual se le considera el quinto poder. Esto hace más fácil llegar donde siempre ha habido telarañas. Con internet el cuarto poder se multiplica, adquiere más sentido y coge más personalidad gracias a ese quinto poder, aparentemente escondido en la sombra, que es como la cara oscura de la luna, que aunque exista nunca se nos quiere mostrar. Pero aunque parezca escondida la podemos ver, y en ese lado brilla también la luz del sol. Quizás la nueva época sea la de la revolución de internet. Pero es incierto cuando eclosionará para que se considere histórico.

Desde la creación de la Constitución francesa mucho ha llovido desde entonces y nunca a gusto de todos. Podíamos considerar como democracia el gobierno del pueblo, pero con el paso del tiempo el concepto evolucionó, y la democracia acabó siendo el gobierno de los elegidos por el pueblo. ¿Como fue tal la evolución de los conceptos?. Posiblemente eso se debiera a que las redes de información especializadas no fueran democráticamente asociadas por los receptores. Sin embargo una vez aceptada una condición inconscientemente se empieza a actuar conforme a ese estado de las cosas. La condición aquí de la parte más débil del contrato, la que debería de sufragar las cargas más onerosas y verse perjudicada en un hipotético sistema de igualdad de condiciones. Aceptada a someterse a ciertas fuerzas que veía muy difíciles de controlar, y que estaban escondidas.

Lo bueno en política es que no se hable de los políticos y de su papel, la parte floja entiende pero no comprende, pero se desprende cuando se da cuenta de lo que depende realmente. Aquí podríamos decir que ha renacido un muerto, un zombi de esos que sólo puedes matar si les disparas en la quijada.

La información más cercana y mejor contrastada, una nueva constitución con códigos ocultos que se va perfeccionando a si misma, eso puede ser internet. Porque anteriormente la información venía de un editor determinado, el cual actuaba como un relaciones públicas, es decir, favorecía de alguna manera ciertas influencias que le enriquecían. Ahora la información viene de manera más descentralizada, tanto por su origen como por su forma. El contenido en sí tiene una importancia relativa, pero lo más trascendental de todo es la importancia que le demos a ese contenido. Y de ahí viene sobre todo a darle valor a una buena interpretación. La gente que tiene mucha influencia social o política tiende a expresar indirectamente sus verdaderos pensamientos. Suele ocurrir que las noticias más importantes no anden escondida delante, o detrás, de un parabán, pero eso no significa que a todos nos interesen esas noticias.

Las nuevas redes que intentan captar peces indefensos empiezan a resquebrajarse porque no tienen una buena memoria de crecimiento. Suele ocurrir con las nuevas tecnologías que los avances dejan en evidencia a la industria, que se tiene que adaptar para amoldar las ventajas a la demanda a la cual pueden responder los consumidores. La política actual precisa de un tiempo de adaptación a las consecuencias que internet y las nuevas tecnologías tienen que imprimir en la gente necesariamente. Muchos ahora se sienten defraudados de tanto tiempo perdido por delegar en cosmopolitas nuestro conocimiento. Ahora el conocimiento es exponencialmente contrastable. La regla de medir las cosas y tener de ellas un conocimiento más relevante se hace más pequeña, pero el área de medir se hace extensa. Quizás algunos sólo puedan elegir entre volar o nadar para no caer en las nuevas redes virtuales, otros quizás empiecen a tejerlas, considerándose como los primeros artesanos de una nueva revolución.

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